Mitología azteca.
Hemos decidido que como hablamos de lo que ocurrió en América, podríamos hablar sobre sus antiguas costumbres y creencias y así le daríamos un poco más de consistencia a nuestro blog.
El dios Ometeotl tenia los dos sexos y engendró a cuatro hijos que lo crearon todo. Hicieron el sol, crearon a dos humanos y les dijeron a cada uno que trabajasen, al hombre en el campo y a la mujer tejiendo en el hogar. Crearon el calendario azteca, compuesto de 18 meses de 20 días cada uno. Engendraron a los dioses del cielo y del infierno. Pero todavía no habían creado la tierra. Había una diosa que se componía tan solo de ojos y bocas. Entonces los dioses Quetzalcoatl y Tezcatlipoca se transformaron en serpientes y despedazaron a la diosa. De su cuerpo se formaron las flores, los árboles, las cavernas y los frutos. Así que creó la tierra, donde ya había agua, y en ella habían varios mundos, gobernados por cuatro divinidades:
Quetzalcoatl:
Este era el dios de la serpiente emplumada, el símbolo de México. Representaba todas las fuerzas de la naturaleza, tanto buenas como malas.La serpiente alada era un ave mágica y poderosa y muy bella. Su nombre significa "Gemelo de Quetzal". Este era el dios de los gemelos y mellizas, de la estrellas, del viento, de la civilización... Se libró una batalla entre este y su hermano Tezcatlipoca, que gobernaba el mundo. Un día, Quetzalcoatl decidió arrebatarle el gobierno de este mundo a su hermano. Se convirtió en un jaguar gigante y le tiró al mar, en la península de Yucatán. Este que fue un acto de salvación para los hombres, se decía que algún día Quetzalcoatl volvería con barba blanca y piel pálida. Cuando Cortés llegó a Tenochitlan, Moctezuma le confundió con este dios.
Tezcatlipoca:
El temido dios cuyo nombre significa "espejo humeante", porque su espejo le permite saberlo todo. Era el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida y amparo del hombre, dios de las batallas, origen del poder y la felicidad. Este era un dios sádico, que precisaba de sacrificios humanos para saciar su cólera.
Tezcatlipoca, se tomó venganza transformándose en un tornado que arrasó el mundo de Quetzalcoatl, y todos sus hombres se transformaron en monos.
Tlaloc:
Este era el dios del agua que cae del cielo, por lo tanto, era el benefactor de muchos hombres porque les brindaba el agua que ellos necesitaban para el cultivo y para calmar su sed. Aunque también era temido porque era el provocador de inundaciones, tormentas, rayos, truenos y granizos violentos. Se le ofrecían sacrificios ahogando a un niño en el agua para aplacar su ira. Los aztecas pensaban que el agua de los ríos se almacenaba en el interior de las montañas. Normalmente va vestido de azul.
Quetzalcoatl destruye su reino creando una tormenta de fuego y así, erigiendo un volcán que lo destruye.
Chalchiuhlicue:
Esta es la diosa de los lagos, y de las corrientes, mujer de Tlaloc. Es también patrona de los nacimientos y presenta el papel más importante en los bautizos. Era también considerada protectora de la navegación costera del antiguo México.
Finalmente, los dioses se reconcilian y vuelven a crear el cielo y la tierra. Pero el cielo estaba vacío y se necesitaba un sol y una luna. Para formar un sol, un dios se debe de lanzar a las llamas de una hoguera antes de reencarnarse en un sol. Es designado Nanahuatzin, se lanza a la hoguera sin dudarlo y se convierte en el siguiente sol. Otro dios que siguió su ejemplo se tiró y se convirtió en la luna. Pero el sol se negaba a moverse del cielo hasta que no se hiciese un sacrificio de los dioses para rendirle homenaje. Finalmente, Quetzalcoatl arranca los corazones de los dioses y el sol realiza su primer viaje. Por eso los aztecas realizaban tales sacrificios, para recrear el momento en el que los dioses ofrecieron sus corazones, para que el sol hiciese su primer recorrido por el cielo.
En el siguiente artículo hablaremos del renacer de los humanos y de otras divinidades importantes.
Mi querido Diego:
ResponderEliminarAgradezco mucho tu trabajo, al igual que el de Alex. No conozco apenas la mitología de esta cultura y me ha gustado mucho leer esta entrada del blog. Eso sí, los nombrecicos....¡se las traen! Pronunciarlos es toda una aventura.
Lo que me resulta más grato es vuestro deseo de conocer la verdad: ojalá no dejes nunca de trabajar para encontrarla.
Gracias por vuestro estupendo trabajo. Y gracias por contárnoslo a los demás.
Un abracico,
Carmen.