miércoles, 16 de enero de 2013

Mitología azteca.


Mitología azteca.

Hemos decidido que como hablamos de lo que ocurrió en América, podríamos hablar sobre sus antiguas costumbres y creencias y así le daríamos un poco más de consistencia a nuestro blog. 

El dios Ometeotl tenia los dos sexos y engendró a cuatro hijos que lo crearon todo. Hicieron el sol, crearon a  dos humanos y les dijeron a cada uno que trabajasen, al hombre en el campo y a la mujer tejiendo en el hogar. Crearon el calendario azteca, compuesto de 18 meses de 20 días cada uno. Engendraron a los dioses del cielo y del infierno. Pero todavía no habían creado la tierra. Había una diosa que se componía tan solo de ojos y bocas. Entonces los dioses Quetzalcoatl y Tezcatlipoca se transformaron en serpientes y despedazaron a la diosa. De su cuerpo se formaron las flores, los árboles, las cavernas y los frutos. Así que creó la tierra, donde ya había agua, y en ella habían varios mundos, gobernados por cuatro divinidades:

Quetzalcoatl: 

Este era el dios de la serpiente emplumada, el símbolo de México. Representaba todas las fuerzas de la naturaleza, tanto buenas como malas.La serpiente alada era un ave mágica y poderosa y muy bella. Su nombre significa "Gemelo de Quetzal". Este era el dios de los gemelos y mellizas, de la estrellas, del viento, de la civilización... Se libró una batalla entre este y su hermano Tezcatlipoca, que gobernaba el mundo. Un día, Quetzalcoatl decidió arrebatarle el gobierno de este mundo a su hermano. Se convirtió en un jaguar gigante y le tiró al mar, en la península de Yucatán. Este que fue un acto de salvación para los hombres, se decía que algún día Quetzalcoatl volvería con barba blanca y piel pálida. Cuando Cortés llegó a Tenochitlan, Moctezuma le confundió con este dios. 

Tezcatlipoca: 

El temido dios cuyo nombre significa "espejo humeante", porque su espejo le permite saberlo todo.  Era el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida y amparo del hombre, dios de las batallas, origen del poder y la felicidad. Este era un dios sádico, que precisaba de sacrificios humanos para saciar su cólera.
Tezcatlipoca, se tomó venganza transformándose en un tornado que arrasó el mundo de Quetzalcoatl, y todos sus hombres se transformaron en monos. 

Tlaloc:

Este era el dios del agua que cae del cielo, por lo tanto, era el benefactor de muchos hombres porque les brindaba el agua que ellos necesitaban para el cultivo y para calmar su sed. Aunque también era temido porque era el provocador de inundaciones, tormentas, rayos, truenos y granizos violentos. Se le ofrecían sacrificios ahogando a un niño en el agua para aplacar su ira. Los aztecas pensaban que el agua de los ríos se almacenaba en el interior de las montañas. Normalmente va vestido de azul.
Quetzalcoatl destruye su reino creando una tormenta de fuego y así, erigiendo un volcán que lo destruye.

Chalchiuhlicue:

Esta es la diosa de los lagos, y de las corrientes, mujer de Tlaloc. Es también patrona de los nacimientos y presenta el papel más importante en los bautizos. Era también considerada protectora de la navegación costera del antiguo México.
Su mundo fue arrasado por una gran inundación, que transformó a todos los hombres en peces.

Finalmente, los dioses se reconcilian y vuelven a crear el cielo y la tierra. Pero el cielo estaba vacío y se necesitaba un sol y una luna. Para formar un sol, un dios se debe de lanzar a las llamas de una hoguera antes de reencarnarse en un sol. Es designado Nanahuatzin, se lanza a la hoguera sin dudarlo y se convierte en el siguiente sol. Otro dios que siguió su ejemplo se tiró y se convirtió en la luna. Pero el sol se negaba a moverse del cielo hasta que no se hiciese un sacrificio de los dioses para rendirle homenaje. Finalmente, Quetzalcoatl arranca los corazones de los dioses y el sol realiza su primer viaje. Por eso los aztecas realizaban tales sacrificios, para recrear el momento en el que los dioses ofrecieron sus corazones, para que el sol hiciese su primer recorrido por el cielo.
En el siguiente artículo hablaremos del renacer de los humanos y de otras divinidades importantes. 

sábado, 5 de enero de 2013

Acontecimientos acaecidos del 1521 al 1547.

1521:

Hernán y sus hombres vencen a los aztecas en Otumba y se refugian en la ciudad de sus aliados indígenas, Tlaxcala. Allí, rehace su ejército para volver a acometer contra la capital  azteca, que sucumbe pese a los heroicos esfuerzos de sus gentes. Así cae la ciudad en agosto y así empieza la segunda etapa de la conquista, una etapa sangrienta y exenta de diplomacia por parte de los españoles. 

1522: 

El rey Carlos V, le concede a cortés el título de gobernador y capitán general de México, a pesar de su anterior desobediencia al atacar a los indígenas. Pero el rey, pretende también restarles responsabilidades a los conquistadores, añadiendo funcionarios a su labor, de tal manera que Hernán Cortés tuvo que compartir su fortuna con el tesorero, el contable, el factor y el veedor que le había adjudicado el rey.

1524:

Cortés exhibe la "caridad cristiana" atribuida a aquella época torturando hasta la muerte al último emperador azteca y a muchos de los suyos. Impone sus "Ordenanzas", en ellas se regulan las relaciones entre españoles e indios, la defensa del territorio, la "evangelización", y el fomento de la economía. Cortés, no contento con el reparto entre sus funcionarios de su botín, rivaliza con cada uno de ellos, que empiezan a conspirar contra el, adjudicándole varias acusaciones.

1528:

Cortés vuelve a España para limpiar su nombre y aclarar la situación, consigue rebatir las mayoría de sus acusaciones. 

1530:

A Cortés se le concede el título de marqués del valle de Oxaca y se le devuelve el capitaneado general de México, pero se le quita el gobierno de Nueva España, que queda en posesión de la audiencia de México.

1531-1540:

Realiza varias expediciones al golfo de California o mar de Cortés. Vive en su marquesado.

1541:

Vuelve a España y toma la expedición a Argel. Le pide en numerosas ocasiones al rey ciertas mercedes como pago de sus notables hazañas.

1547:

Muere en Castilleja de la Cuesta, no satisfecho con sus aspiraciones.